La nueva normalidad es una inflación del 3% en EEUU: el IPC ...

La inflación de EEUU vive actualmente alojada "en algún lugar entre el 2,5% y el 3%", como dice el analista Stephen Auth, CIO de renta variable de Federated Hermes, y eso, entre otras cosas, complica mucho el camino de la Reserva Federal a la hora de seguir recortando los tipos de interés. En diciembre, el índice de precios al consumo (IPC) escaló dos décimas hasta el 2,9% interanual, tal y como se esperaba. El IPC subyacente, que excluye la energía y los alimentos, más persistente en los últimos tiempos, se alivió por sorpresa en una décima hasta un todavía alto 3,2% en su primer retroceso en seis meses. En tasa intermensual, el IPC general vuela hasta un elevado 0,4% y el subyacente se relaja hasta un 0,2%.
Ávido de buenas noticias en materia de inflación desde hace un tiempo, Wall Street se ha lanzado a celebrar el pequeño alivio en el indicador subyacente. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años ha caído del 4,75% al 4,65% y el dólar presentaba ligeros retrocesos ante el euro. En la misma línea, los futuros de Wall Street mostraban subidas por encima del 1% nada más conocerse el informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo. Sin embargo, más allá de esta reacción, queda claro que el pasadizo para que el banco central más observado del planeta siga bajando los tipos es cada vez más estrecho.
"El dato del IPC subyacente, más débil de lo esperado, ofrece cierta esperanza, especialmente después de las fuertes cifras de empleo del viernes pasado, de que la Fed aún pueda recortar los tipos de interés en 2025", explica Skyler Weinand, director de inversiones de Regan Capital. El citado informe de empleo sorprendió con la potencia mostrada en la creación de puestos y puso al mínimo las expectativas de bajadas de tipos este año. Los mercados empezaron a descontar solo una y en el segundo semestre, mientras que algunas casa de análisis borraron cualquier perspectiva de recortes y otras directamente pronunciaron la palabra 'maldita': subidas. La fuerza que sigue mostrando la economía y los efectos inflacionarios de las promesas de Donald Trump (aranceles a las importaciones, más estímulos en forma de regalos fiscales y una menor inmigración que estreche la mano de obra) empujan en este sentido.
Más allá de la cábala que hagan los operadores y de que la Fed llegue a recortar este año más o menos, el mensaje general es que la inflación se ha instalado en un 3% como 'nueva normalidad' tras la pandemia y la guerra en Ucrania. Analizando con detalle los datos de diciembre, la principal culpable del repunte fue la gasolina, que registró un avance del 4,4% intermensual tras el 0,6% y los tres datos en negativo anteriores. Los servicios de transporte, con un 0,5% mensual y un 7,3% interanual también han sido protagonistas para mal. La vivienda, categoría esencial en la ponderación del índice, se ha mantenido en un aún 'caliente' 0,3% intermensual, arrojando un aún alto 4,6% interanual.
En cuanto a los precios de los vehículos de ocasión, por tercer mes consecutivo subieron un 1,2% intermensual. Los precios de los vehículos nuevos también aumentaron un 0,5% intermensual, lo que apunta a un aumento continuado de la demanda de vehículos de sustitución tras los huracanes de octubre, que recibirá un nuevo impulso de los incendios forestales de California. Por último, los precios de los bienes básicos se mantuvieron moderados, con una subida de tan sólo el 0,1% intermensual, lo que sugiere que los mayoristas todavía están intentando forzar subidas de precios ante la imposición de aranceles este año, explican los analistas de Capital Economics.
Es cierto que una lectura de IPC 'no hace verano' y que el teórico objetivo de inflación del 2% lo sustenta la Fed en lo que haga el deflactor del gasto en consumo personal (PCE) subyacente, una medida alternativa con distintas ponderaciones que el IPC. En este sentido, la publicación ayer de la inflación mayorista de diciembre (IPP), más suave de lo esperado, generó expectativas de que el PCE de diciembre, que se conocerá días más tarde, dé una buena noticia. No obstante, el indicador fetiche de la Fed lleva dos meses estancado en un alto 2,8% interanual que rima con el relato de la 'nueva normalidad' del 3%.
Commerzbank: "La presión inflacionaria sigue siendo demasiado elevada"
"Tras el débil avance del PCE subyacente en noviembre, nuestra estimación del 0,14% para la subida de diciembre mantendría la tasa anual sin cambios en el 2,8%. No obstante, daría lugar a un mayor progreso en las tasas trimestral y semestral anualizadas, que retrocederían al 2,1%, desde el 2,5%, y al 2,3%, desde el 2,4%, respectivamente. Seguimos esperando que la Fed recorte los tipos al menos una vez este año", valora Thomas Ryan, economista de Capital Economics.
Para los analistas de Commerzbank, los detalles positivos de este informe de IPC no tapan que "la presión inflacionaria sigue siendo demasiado elevada". La inflación general sigue bajando lentamente y la inflación subyacente se está moderando muy gradualmente. La Fed todavía podría recortar más los tipos pero no hay presión inmediata para actuar. Los participantes del mercado ya había abandonando las expectativas de un recorte de los tipos en la reunión del 28 y 29 de enero hace algún tiempo", constatan los economistas Christoph Balz y Bernd Weidensteiner.
Además, agregan los analistas alemanes, las medidas de la administración entrante de Trump (asume el cargo el lunes) aún no se pueden prever con fiabilidad, lo que dificulta evaluar su efecto sobre el crecimiento y la inflación; por lo tanto, la Fed carece de información importante para alimentar sus modelos económicos. "Si bien esto no significa que nuevos recortes estén completamente descartados, la Fed procederá más lentamente", sentencian.