Valjent arranca para el Mallorca un merecido puntazo en el descuento

Qué puntazo sumó el Mallorca en el descuento en el Sánchez Pizjuán. Se lo merecía el equipo y, por supuesto, Valjent, que evitó una derrota en el último suspiro que hubiera hecho mucho daño porque había hecho méritos, sobre todo en la segunda parte, para no regresar de vacío a la isla. La entrada de Robert Navarro fue fundamental para cambiar la cara a los de Arrasate, que finalizan la jornada en la octava plaza, pero empatados con el Rayo y Betis, sextos y séptimos.
Europa es posible y da la impresión de que todo va a depender de la ambición de un grupo que no es tan fiable como en la primera vuelta, pero que está mostrando síntomas de recuperación después de su nefasto inicio de 2025. Dejó escapar ante Osasuna la victoria (1-1), pero el gran triunfo ante Las Palmas (3-1) y estas tablas en Sevilla evidencian que algo está cambiando. Ahora tocará confirmarlo este domingo ante el Alavés (18:30 horas) para seguir mirando hacia arriba.
Lo mejor es que el equipo supo reaccionar cuando peor estaba, por debajo en el marcador y sin un juego fluido, para ser capaz de asustar a un adversario que se quedó con la miel en los labios. Al equipo le faltó pegada, incluso Asano estrelló un balón en el palo, pero creyó hasta el final de que podía llevarse algo de tierras andaluzas. Los cambios de Arrasate llegaron tarde, pero sí con el tiempo suficiente para evitar el golpe.
No se puede entender la primera parte sin su último segundo, que es cuando los locales se adelantaron en el marcador. Lukebakio lanzó una falta que el Mallorca fue incapaz de despejar en dos ocasiones y a la tercera ha aparecido Kike Salas para rematar con la zurda y poner el 1-0 en el electrónico. Un tanto evitable a todas luces y que hizo mucho daño porque tiraba por la borda el trabajo de los cuarenta y cinco minutos anteriores.
No es que hubieran sido impecables, ni mucho menos, pero habían resistido ante un adversario insistente. Arrasate no hizo ni caso a aquello de que mejor no tocar lo que funciona y cambió el dibujo que tan buen resultado le dio ante Las Palmas (3-1). Apostó por un 5-4-1, con Copete como tercer central y sin Robert Navarro. Y es cierto que el inicio fue esperanzador con la línea muy adelantada y tratando de hacer daño tras robar el balón. Mojica y Lukebakio mostraron los dientes en cada una de las áreas con sendos disparos, pero la primera acción destacable fue un gran pase de Valjent, al estilo del mejor Ibagaza, que Asano tras ganar la espalda a la zaga centró demasiado fuerte y Muriqi no llegó a conectar por poco. Pero más cerca del gol estuvieron los hispalenses. Omar Mascarell despejó con la cara un remate de Kike Salas que se iba hacia el interior de la portería.
Fisuras a la hora de recular
El duelo era intenso, pero los visitantes empezaban a mostrar fisuras cuando reculaban. Y eso es un problema que debe solucionar. Lukebakio y Vargas pusieron en aprietos a Greif, que finalmente fue titular a pesar de haber sido duda en la previa por un dolor gastrointestinal. Los bermellones, incomprensiblemente de azul en el Pizjuán, probaron fortuna a través de un Muriqi, que cumplió cien partidos en Liga, frustrado. El susto lo dio Saw con un tiro seco desde la frontal que el meta eslovaco blocó en dos ocasiones.
Y cuando parecía que llegaba el descanso, el Mallorca recibió un mazazo enorme con un gol de Salas en el que faltó atención e intensidad y en la que protestó con razón por una falta de Vargas sobre Copete. El VAR no dijo nada.
Y nada más empezar la segunda parte pudo desquitarse, pero Asano estrelló en el palo un remate con la espinillera tras un centro de Maffeo y el rechace fue despejado por Badé. La ocasión fue clarísima, pero lo cierto es que llegó mucho más peligro en la otra parte de la portería. Vargas, primero, y Saúl después, quisieron poner tierra de por medio, pero se quedaron con las ganas con sus chuts.
A los baleares les duraba muy poco el balón y seguían sin ser fiables atrás, una combinación nefasta para tratar de empatar. De hecho, Romero sorprendió en una contra que envió fuera, pero estaba más cerca el 2-0 que el 1-1. Arrasate dio entrada a Robert Navarro y sentó a Asano. Era un problema más de disposición en el terreno de juego que de nombres, pero el vasco prefería seguir con tres centrales.
Y en una jugada esporádica que se fabricó Muriqi estuvo cerca el empate. El kosovar robó la pelota en el centro del campo y el control y posterior remate de Robert Navarro, que había salvado la salida de Nyland, se fue alto. Entraron Abdón, Larin y Antonio en el minuto 77, demasiado tarde, pero mejor que nunca. Dieron otro aire al ataque, pero el que dispuso de otra ocasión fue Navarro, que en el corazón del área chutó desviado por poco. Ver para creer. Vaya dos ocasiones se le habían presentado a los isleños, que estaban vivos ante un rival que se había hecho pequeño.
Ya había hecho méritos de sobra para empatar, pero el fútbol es tan caprichoso que tenía reservado cambiar el destino en el descuento, justo como en la primera parte. Navarro lanzó un centro, Nyland cantó estrepitosamente al no despejar el balón en condiciones y Valjent recogió el rechace para hacer justicia. Todo un premio para el eslovaco en su partido 150 en Primera que le dio un puntazo que sabe a Europa. La lucha continúa.